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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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13-11-2015

Uruguay no tiene autoridad moral para sentarse en ese sillón

 

 

 

SURda

Notas

Fernando Moyano




Una carta del ex-canciller urugayo y actual secretario general de la OEA Luis Almagro al presidente de Venezuela, ha motivado una polémica política en nuestro país. En Venezuela habrá elecciones parlamentarias parciales en diciembre, y esto a motivado varias discusiones. Son una muestra de la hipocresía “democrática” de la clase política uruguaya, y su duplicidad.

¿Hay democracia en Venezuela? ¿Habrá golpe de Estado? ¿Hay garantías para la oposición política? ¿Debe Uruguay mandar una misión observadora? ¿Puede hacerlo sin haber sido invitado? Todo esto está en el contexto de la discusión sobre la política exterior del Estado uruguayo, que viene tomado cada vez más un curso claramente pro-imperialista. Podemos citar, por ejemplo:

  1. La orientación proclive al desmantelamiento del MERCOSUR a la apertura directa y llana al capital transnacional imperialista.(Diferencia sobre las "dos velocidades"  de subordinación)(1)
  2. La política DIPLOMÁTICA alineada al interés pro-imperialista. Dentro de esto podemos inscribir la política anti-chavista de este gobierno. (2)   
  3. El respaldo político manifiesto a las intervenciones militares imperialistas y su papel de policía mundial, hoy bastante venido a menos.
Todo esto se da en el contexto del próximo ingreso de Uruguay al Consejo de Seguridad de la ONU como miembro no permanente, al que hacemos referencia en el título, que en general se considera como un "logro".

En estos aspectos mencionados puede verse una cierta diferencia entre la política internacional del gobierno "Tabaré II" respecto de Mujica. En este viraje el actual canciller Nin Novoa ha sido un vocero muy claro y muy torpe. Por ejemplo, su anuncio de impulsar una "brigada internacional de confrontación militar con el terrorismo", que luego resultó ser algo parecido a aquella guerra que Tabaré quiso hacer contra Argentina recurriendo a Bush.

La interpretación más usual de este viraje se basa en la idea de que hay dos bloques en el Frente Amplio, vazquistas y mujiquistas, que se califican de distinta manera según sea el perfil ideológico del analista que recurra a esta explicación. Los vazquistas son más "abiertos al mundo" y los mujiquistas más "latinoamericanistas", o como se los llame.

Lo interesante del hecho que comentamos, la carta de Almagro a Maduro, es que CONTRADICE por completo esa interpretación de los dos bloques. Almagro es un "mujiquista", canciller del gobierno de Mujica e instrumentador de esa supuesta política latinoamericanista.

En otras oportunidades hemos señalado las declaraciones que en su gestión como canciller hizo Almagro sobre la situación en Haití. Lo hacemos siempre con dos salvedades.
  1. Nuestra posición por el retiro inmediato, total e incondicional de las tropas uruguayas de ocupación no tiene nada que ver con la posición de condicionar esa presencia a un proceso de institucionalización democrática “supervisada” de Haití, como lo planteó Almagro.
  2. Una cosa es hablar del posible retiro de tropas, y otra cosa es retirarlas.
Hechas esas salvedades, conviene repasar acá lo sustancial de la posición de Almagro sobre Haití durante su gestión como canciller.
  1. Uruguay debe retirar sus tropas de Haití. La dos posibilidades, que Almagro supeditaba al curso de la política interna de Haití, eran entre el retiro inmediato y total, o el retiro progresivo escalonado. En esta segunda variante ese retiro quedaría completo en abril de 2016, faltan cinco meses.
  2. Haití vive un proceso de regresión en términos de democracia. El gobierno del presidente Martelly se transforma en una dictadura, al no habilitar elecciones limpias y democráticas para la renovación del parlamento. De confirmarse esta situación, Uruguay debe retirarse por completo. “No seremos guardia pretoriana de una dictadura”, dijo en su momento Mujica.
  3. Para que Uruguay mantuviese su presencia en Haití (que de cualquier manera terminaría al completarse el retiro progresivo, pero para no proceder al retiro total e inmediato) deberían darse condiciones que permitiesen la realización de elecciones libres, limpias, con plenas garantías, y con la participación y confianza de la oposición en ese proceso.
  4. De no ser así, los objetivos declarados de “estabilización” para la intervención militar (que ya, de cualquier manera, estaban puestos en cuestión por la gravedad de la situación general haitiana y los problemas que la propia intervención ha recrudecido en vez de solucionar, como también lo reconocía Almagro) estarían notoriamente frustrados y la MINUSTAH sería un total fracaso.
Palabra más, palabra menos, esa fue la posición de Almagro durante su gestión como canciller. Vamos a ver ahora lo ocurrido en Haití. Pero es mejor verlo comparando con Venezuela, y comparar a su vez las posiciones políticas sobre  esas dos situaciones.
  1. En Venezuela va a haber una elección, en Haití ya hubo una “selección”, como dicen los haitianos. Que pueda haber o no fraude en Venezuela es una posibilidad o una conjetura discutible, que lo hubo en Haití es indiscutible, y además el gobierno incumplió durante años el calendario electoral provocando la caducidad del parlamento. Luego de la última “selección” rechazada totalmente por la oposición, el pueblo ganó las calles en protesta contra el fraude, y el gobierno respondió con la represión, que ya ha empezó a cobrar sus muertos, que se agregan a las víctimas de actos previos de represión.
  2. En Venezuela la presencia de “observadores internacionales” podría cumplir o no el papel de salvaguarda democrática, según se vean las cosas. En Haití las “autoridades internacionales” han cumplido un papel notorio e indiscutible: fueron los organizadores del fraude.
  3. Si van uruguayos o no a Venezuela a observar las elecciones, si lo hacen como invitados del gobierno venezolano o no, son todas eventualidades. En Haití HAY funcionarios del gobierno uruguayo, son las TROPAS que participan de la ocupación y cuya presencia es el respaldo de la represión de la policía haitiana. No entraron allí por invitación del pueblo haitiano ni de ningún gobierno democrático que lo representase.
  4. Grandes discusiones en el parlamento motiva la situación en Venezuela y qué debe hacer o no Uruguay frente a eso. Prácticamente a tapas cerradas y durante ONCE AÑOS el parlamento uruguayo ha venido manteniendo la presencia de tropas en Haití.

Ahora, Uruguay estaría pronto para sentarse en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. ¿Para defender la paz mundial? ¿La ley internacional? ¿La democracia? ¿CON QUÉ ROSTRO?

El papel de Uruguay allí sería el de mascarón de proa de la guerra imperialista. Y en cuanto a la participación militar directa, es más vergonzosa todavía. Porque Uruguay, además de dar manija para que otros llevan adelante esa guerra, PARTICIPA en los hechos, pero solamente en operaciones miliares secundarias de “mantenimiento de la paz” conteniendo la rebelión de pueblos desarmados contra la “paz” que otros han impuesto por las armas, pero siempre y cuando los militares uruguayos no corran peligro verdadero. El caso de Haití es especiamente vergonzoso, Haití no está ni estuvo en guerra, no es ni ha sido nunca amenaza para Uruguay ni para nadie. La situación de penuria extrema del pueblo haitiano ha sido usada como cobertura para el negocio de “ayuda humanitaria” que queda en sus nueve décimas partes en los que curran con con esa situación. Otros curran con la ayuda, Uruguay con la “seguridad” de la ayuda, no el negocio de las ONGs sino de las fuerzas armadas, que no tienen otra manera de mantener su naturaleza parasitaria.

Lo que importa señalar acá es que este viraje no es resultado de un cambio de personajes o de bloques, sino al cambio de coyuntura. Uruguay es un país dependiente y de débil desarrollo productivo, su margen relativo de autonomía depende de los ciclos de la economía mundial. Esto será así mientras no se modifique la base estructural de esta dependencia, lo que tampoco podría ocurrir en la circunscripción solitaria de Uruguay.

El agotamiento del ciclo neoliberal de los 80 y 90 trajo un ciclo socialdemócrata en el continente, con algún margen de autonomía fragmentada, balcanizada, como es el continente mismo. Cada clase dominante local y cada configuración política local usó la oportunidad a su manera. Uruguay la usa para promover una política mercenaria, entre otras cosas. Según las circunstancias, la política internacional de Uruguay puede moderar o exacerbar esa orientación mercenaria.

Tabaré y Nin fueron a Japón a tratar de vender carne uruguaya. No tuvieron suerte. Ahora tienen que pensar en vender otra cosa. No tuvieron suerte no por casualidad, sino porque las condiciones de la coyuntura para la venta de productos primarios no son las mejores. Entonces cobra mayor importancia “ofrecer un plus” y hacer marketing, la venta de servicios políticos.

Es un cambio de coyuntura y no un cambio de elenco, aunque el elenco marque un estilo. Pepe y Luis hubiesen hecho lo mismo que Tabaré y Rodolfo, como podemos ver.  Tal vez el estilo de Pepe y Luis hubiese sido diferente, pero nada más.

Notas:

1) Con esto no quiero decir que la subordinación "en dos escalones" (o velocidad lenta) -que es lo que es el MERCOSUR en realidad- pueda ser una alternativa para el interés de los pueblos latinoamericanos. Digo que el MERCOSUR, que sirvió a las burguesías coloniales del continente y también a la penetración de capitales transnacionales en la etapa anterior, ha dejado de ser lo más útil a esos intereses en la etapa actual, además de no haber tampoco podido superar los conflictos inter-coloniales de esas burguesías. Y EN ESE SENTIDO la política internacional del segundo gobierno de Tabaré Vázquez de subordinación directa y llana (velocidad rápida) expresa esa "puesta al día" de los intereses pro-imperialistas.
2) En forma similar, NO ESTOY DICIENDO que el régimen bolivariano de Venezuela sea una verdadera alternativa popular anti-imperialista ni que el "Socialismo del Siglo XXI" tenga algo que ver con el socialismo o una transición a algo por el estilo. Digo que, en la fase de declive y agotamiento de la socialdemocracia latinoamericana pos-neoliberal, ciclo del cual forman parte -aunque en ubicadas en lados opuestos de un espectro relativamente amplio de este fenómeno- tanto la Venezuela bolivariana como el Uruguay frenteamplista, el objetivo imperialista es "escarmentar" cualquier intento de rebelión popular en el continente y aprovechar la coyuntura de ese declive socialdemócrata para avanzar lo más posible (en cada escenario nacional concreto) en una restauración neoliberal de pro-imperialismo directo. Las "diferencias dentro de la izquierda" que se ven en este caso son una manifestación de las esas disputas burguesas intra-colonialistas que mencionamos. Esto NO TIENE NADA QUE VER con la posición que se asuma sobre el papel absoluto o relativo de las instituciones democrático-burguesas o democrático-populares en los procesos de transformación social, etc. etc.

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Palabras de Eduardo Rubio en la media hora previa en Cámara de Diputados

SEÑOR RUBIO (Eduardo).- Señor presidente: nos habíamos anotado para hacer uso de la palabra en la media hora previa por otro tema, pero hechos políticos de las últimas horas nos obligan a usar estos minutos para expresarnos sobre la carta que se conoció ayer, escrita por el excanciller y actual secretario general de la OEA, Luis Almagro, dirigida a la presidenta del Consejo Nacional Electoral de Venezuela.

Para que quede claro de entrada, por si no lo está, manifestamos nuestro más enérgico rechazo a la carta del señor Almagro. Sin duda, es una carta digna de la triste trayectoria de la OEA, que históricamente ha sido el instrumento del imperialismo yanqui para imponer su política de dominación en el continente. Esta es la OEA que echó a Cuba de su seno por haber protagonizado una formidable revolución social y liberadora. Es la misma OEA que apañó a las criminales dictaduras que asolaron el continente. Esta es la OEA de Almagro, que en su carta no hace más que repetir lo que la derecha del mundo dice de Venezuela, con lo que la derecha del mundo ataca a Venezuela en su afán de frenar un proceso antiimperialista.

Pero lo más grave es que, aparentemente, esta no es una posición solitaria del excanciller Almagro, porque es la misma posición que sustentan importantes referentes del actual Gobierno. Lo que dice Almagro es lo mismo que dijo el actual canciller Nin Novoa al poco tiempo de asumir su cargo, a lo que se suman las declaraciones en París, que colocan a Uruguay como parte del pelotón de acompañamiento de las tropas de la OTAN y Estados Unidos de América en su política de sembrar el terrorismo en Medio Oriente.

Es más: hoy mismo se conocieron declaraciones del actual ministro de Economía y Finanzas sin duda, principal figura del Gobierno en las que plantea que la carta le pareció magnífica y muy equilibrada en defensa de los ciudadanos de Venezuela. Esto es muy grave.

No voy a caer en el error político y en la falta de respeto de atribuir este pensamiento y este posicionamiento a todos quienes integran la fuerza política de Gobierno porque nos consta que no es así. Recién debatimos en una mesa redonda en un canal de televisión con un diputado del partido de Gobierno que comparte nuestra visión. Lo que está claro es que los referentes del Gobierno sostienen esto, y es muy grave.

En el caso de Almagro que comete este dislate político en reiteración real, porque ya suma declaraciones en contra de la revolución bolivariana , lo que nos asombra es que la inquietud que lo desvela por la democracia en Venezuela, ese país que lleva diecinueve elecciones durante la revolución bolivariana sin que se haya podido encontrar una mancha en el sistema electoral y donde hay garantías para todos los partidos, no le ataca por lo que pasa en Haití.

Entonces, aviso al secretario general de la OEA que en Haití hubo elecciones el 25 de octubre. Fueron fraudulentas, ilegítimas y violentas, y tuvieron una participación que no llegó al 15% de la ciudadanía. Ocho de los candidatos a presidente excepto el que ganó que, obviamente, es el oficialista están pidiendo una comisión investigadora para denunciar el fraude. Además, un escuadrón de la muerte asesinó al guardia de seguridad de uno de los candidatos opositores que llamó a resistir el resultado electoral. Sin embargo, esto no es preocupación del secretario general de la OEA. Según él, en Haití, que tiene tropas de ocupación entre las que se incluyen las uruguayas , reina la democracia.

Por tanto, queremos expresar nuestro enérgico rechazo a la carta de Almagro, así como a las expresiones de apoyo de los principales referentes del Gobierno. También queremos reiterar nuestra solidaridad con la revolución bolivariana y con la lucha del pueblo haitiano, y nuestra plena confianza en el proceso electoral que se está realizando en Venezuela.

Solicito que la versión taquigráfica de mis palabras sea remitida a la OEA, a la Cancillería, a las Embajadas de Venezuela y de los países del Mercosur, y a toda la prensa nacional.

Gracias, señor presidente.

SEÑOR PRESIDENTE (Alejandro Sánchez).- Se va a votar el trámite solicitado.

(Se vota)

—— Sesenta y nueve en setenta y tres: AFIRMATIVA.

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EL SECRETARIADO EJECUTIVO DEL PIT CNT SOBRE LA SITUACIÓN EN HAITI

En el 2004, luego de un proceso participativo en el cual Aristide había sido electo, la oligarquía Haitiana y el imperialismo, desconocieron los resultados e invadieron la isla.

Tiempo después, a propuesta de los Estados Unidos, tercerizaron la ocupación y allí aparecieron las Minustah, de las cuales Uruguay forma parte.

A esta participación nos hemos opuesto desde el primer día, ya que entendemos es una violación al principio de autodeterminación de los pueblos, del cual nuestras organizaciones sociales siempre se embanderaron y defendieron, y hoy vemos a nuestro país jugando un rol que va en contra a este principio.

A 11 años de la ocupación, han tratado de disfrazar la dictadura impuesta con distintas elecciones donde más del 70% de la población no participa. El resultado de estos últimos comicios es que el actual gobierno ha gobernado desde principios del 2015 por decreto y sin parlamento.

Hoy, las Minustah son el sostén del estado dictatorial haitiano, disfrazado de democracia.

El 6 de noviembre el consejo electoral manipuló públicamente los resultado de las elecciones celebradas el 25 de octubre, y como consecuencia de ello el pueblo haitiano ha salido a las calles a defender su soberanía.

El gobierno, ha desatado una brutal represión, un verdadero terrorismo de estado contra la resistencia haitiana. Se ha llegado a balear, matar, apalear, a manifestaciones multitudinarias que reclaman una verdadera democratización del país, el retiro inmediato de las tropas ocupantes, la caída del gobierno y el respeto a la soberanía popular. Hoy, el pueblo haitiano sigue en las calles.

Nuestro movimiento sindical se solidariza con todas sus fuerzas, con la lucha del pueblo haitiano por su plena soberanía.
Exigimos el inmediato cese de la represión. Basta a la ocupación imperialista a Haití. Exigimos el inmediato retiro de las tropas uruguayas en Haití

Montevideo, 10 de noviembre de 2015.






 


 
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